Tenía tanto tiempo sin verla, que no la hubiera reconocido de no haber sido porque se presentó en cuanto vio mi cara de desconcierto. Había olvidado su estatura y la mayoría de sus facciones; sin embargo jamás olvidé lo que realmente importa. Pudieron haber pasado años, vidas, milenios, eones... y mi corazón aún tendría una llama encendida que al crepitar susurarra su nombre.
-Hola... te había estado esperando... -me dijo en el el mismo dulcísimo tono de voz con el que siempre hablaba...
Y se hizo el silencio: No supe que responder. Alguna vez, no hace mucho le había jurado amor eterno, le había regalado mi vida y puesto mi corazón a sus pies... y ella tan sólo lo pisoteó, bailó encima de él para luego sonreirme socarrona e infantilmente, como una niña que rompiera toda la vajilla de mamá y luego pusiera su carita de inocente intentando evadir el castigo.
-¡¿Eso significa que...?!- No pude terminar la frase.
Me quedé helado. Si bien hacía casi 2 años desde que me destrozara el corazón, me habían llegado rumores que ella había fallecido en un accidente hace poco. En verdad quice saber la verdad para darle el último adios, pero nadie de sus familiares y amigos pudo o quizo ayudarme.
-No... o tal vez si...-Cortó mi silencio- ustedes los humanos tienen una muy peculiar forma de definir las cosas. Es dificil de entender, pero no existe diferencia alguna entre la vida y lo que ustedes llaman muerte.
Eso me confundió aún más. Recordé lo que había sucedido en la staja y me llevé una mano al pecho, para saber si había sido realidad o todo era parte de una especie de pesadilla. Sentí el latido de mi corazón y de algún modo me sentí un poco más aliviado, aunque eso empezaba a carecer de sentido. Ella simplemente sonrió compasivamente ante mi perplejidad.
-¿Pero si tú eres... quien yo pienso que eres... que no deberías estar... muerta?
Se rió tímidamente de mi pregunta. A este punto no entendía nada... Uno de los 2 debía estar muerto o todo esto era un truco muy elaborado de mi mente, tan real, que se me habían otorgado “funciones vitales” como la respiración entrecortada, la boca seca, el latido frenético de mi corazón y la intensa sudoración de mis manos.
-No estamos aquí para discutir quien soy yo... por ahora eso es irrelevante... más bien estamos aquí para que te encuentres a ti mismo...
-¿De qué rayos estás hablando?- Con todo y todo me empezaba a desesperar...
-¡Ay... tienes tanto por aprender!...-Meneó su cabeza de un lado al otro chasqueando la lengua y de pronto se esfumó en la oscuridad que súbitamente cubrió todo lo que antes veía.
-¡¡ESPERA!!... ¿QUIEN ERES?... ¿DONDE ESTOY?... ¿COMO SALGO DE AQUÍ?... ¡¡NO ME DEJES AQUÍ!!
-Tranquilo... deja que el sonido de mi voz te guíe... si logras responder esas preguntas, habrás dado el primer paso...
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